Espai Dona pide el acuerdo entre los progenitores cuando hay una ruptura de la convivencia

10 enero 2017|Burjassot

El Servicio de Atención Integral a las Mujeres de Burjassot, Espai Dona, ha emitido un informe donde analiza las consecuencias de la declaración de nulidad de la Ley de Custodia Compartida Valenciana, por razones de distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas.

El informe destaca dos puntos. El primero, que “a partir del 17 de noviembre de 2016, las decisiones sobre la custodia de los hijos menores y otras materias familiares se regirán por el Código Civil y la jurisprudencia del Tribunal Supremo”. En segundo lugar, recuerda que la nulidad no afectará a las situaciones jurídicas consolidadas, de tal manera que “son y seguirán siendo válidas las custodias compartidas acordadas conforme a la ley valenciana. El Tribunal Constitucional entiende que las decisiones jurídicas adoptadas por los órganos judiciales durante la vigencia de la ley 5/2011, en relación a la fijación de un determinado régimen de custodia para los hijos menores, se fundaron en la recta aplicación del principio que rige esta materia que no es otro que el beneficio y protección del interés del menor”.

Según especifican desde Espai Dona, “cuando los progenitores discuten la custodia, tanto la ley valenciana como la actual doctrina del Tribunal Supremo, establece el tipo de custodia en función de lo que se denomina “interés del menor”, es decir, qué tipo de custodia le va a ser más beneficiosa, analizando para lo cual un conjunto de circunstancias y teniendo en cuenta los informes psicológicos. También el Tribunal Supremo considera que, en principio, es más beneficiosa la custodia compartida, pero no lo aplica con el automatismo que prevenía la ley valenciana, que obligaba a demostrar que la custodia compartida era perjudicial para el menor”.

Finalmente, Espai Dona insiste en que lo que es más recomendable es llegar a un acuerdo entre los progenitores para regular las medidas que tengan que regir sus vidas y las de sus hijos e hijas cuando se ha producido una rotura de la convivencia. “La pareja, mejor que nadie, conoce cuáles son las necesidades de sus hijos e hijas y cuáles serán las medidas más adecuadas. Además, esto favorecerá la relación futura”.